En el 2009, se sembraron un total de 134 millones de hectáreas con cultivos genéticamente modificados alrededor del mundo, lo que demuestra un aumento del 7% con respecto al 2008. Desde 1996, la adopción de estos cultivos se viene incrementando año tras año.
Así lo comunicó el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas (Isaaa, por sus siglas en inglés) el pasado 23 de febrero de 2010, en el lanzamiento de su reporte anual.
El documento destaca la tendencia de crecimiento en la adopción de los cultivos biotecnológicos en el mundo alcanzando las 134 millones de hectáreas en 25 países lo que representa un aumento del 7% frente a las 125 millones de hectáreas de 2008. Así mismo, el número de agricultores aumentó de 13.3 millones de agricultores en 2008 a 14 millones en 2009.
América Latina
En la región, Brasil superó a Argentina como el segundo productor más grande de cultivos biotecnológicos. Este fue el crecimiento absoluto más alto de cualquier país en el 2009, con un impresionante incremento de 5.6 millones de hectáreas (pasó de cultivar 15.8 en 2008 a 21.4 en 2009). Por su parte, Costa Rica informó acerca de cultivos biotecnológicos por primera vez en el 2009 exclusivamente para el mercado de exportación de semillas.
África
Otro país que reportó uno de los más grandes aumentos en la adopción de cultivos biotecnológicos fue Burkina Faso, el cual pasó de sembrar 8.500 hectáreas de algodón genéticamente modificado a 115.000 hectáreas, o de un 2% a un 29% del área de algodón total del país, el crecimiento de mayor porcentaje registrado: 1.350%.
El continente africano también tuvo un aumento significativo en la adopción de cultivos GM con Sudáfrica que incrementó su superficie biotecnológica en un 17% (pasó de 1.8 a 2.1 millones de ha) y con Egipto que la incrementó en un 15% (pasó de 700 a mil ha).
Europa
Este continente registró un descenso en el número de hectáreas biotecnológicas sembradas, pues de las 107.719 sembradas en el 2008, pasó a 94.750 ha en 2009. La disminución en su área cultivo se debió a que Alemania suspendió la siembra de estos cultivos.
Durante 2009, además, se produjo un notable aumento en la apreciación por el rol esencial de la agricultura por parte de la sociedad en todo el mundo. De hecho, los países del G8 aprobaron recientemente US$ 20.000 millones durante tres años “para ayudar a los agricultores de los países más pobres a mejorar la producción de alimentos y ayudar a alimentar a los más pobres”.
En 2009, China marcó la pauta en biotecnología agrícola
De acuerdo al reporte del ISAAA, el 2009 fue un año de grandes avances para la segunda ola de crecimiento y desarrollo de los cultivos genéticamente modificados. Uno de los avances más significativos del año pasado incluyó la decisión de China en noviembre, que supuso todo un hito, de emitir certificados de bioseguridad para el arroz biotecnológico resistente a los insectos y el maíz con fitasa.
Para Clive James, presidente y fundador del ISAAA, “hubo un cambio mundial en los esfuerzos, en donde ya no sólo se busca la seguridad alimentaria, sino que también se propende por la autosuficiencia alimentaria”. Y agregó “con una población actual de 1,300 millones, los cultivos biotecnológicos son un componente fundamental para que China y otros países consigan la autosuficiencia”.
Debido a que el arroz es el cultivo alimentario más importante del mundo y el maíz es el pienso más utilizado en el planeta, estas autorizaciones de bioseguridad pueden tener enormes implicaciones para la futura adopción de cultivos biotecnológicos en Asia y en todo el mundo. El arroz biotecnológico tiene el potencial de aumentar el rendimiento de las cosechas en un 8%, disminuir el uso de pesticidas en un 80% (17 kg/ha) y generar US$ 4.000 millones de beneficios anualmente.
Además, este país es también el segundo productor de maíz más grande del mundo. El maíz mejorado con mayor contenido de fitasa permitirá a los cerdos, pollos y demás aves de corral de China digerir con mayor facilidad el fosfato, mejorando el crecimiento del animal y reduciendo la cantidad de nutrientes excretados. Actualmente, el fosfato se tiene que comprar y añadirse al pienso, y esto contribuye a la contaminación del medio ambiente.
Así lo comunicó el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas (Isaaa, por sus siglas en inglés) el pasado 23 de febrero de 2010, en el lanzamiento de su reporte anual.
El documento destaca la tendencia de crecimiento en la adopción de los cultivos biotecnológicos en el mundo alcanzando las 134 millones de hectáreas en 25 países lo que representa un aumento del 7% frente a las 125 millones de hectáreas de 2008. Así mismo, el número de agricultores aumentó de 13.3 millones de agricultores en 2008 a 14 millones en 2009.
América Latina
En la región, Brasil superó a Argentina como el segundo productor más grande de cultivos biotecnológicos. Este fue el crecimiento absoluto más alto de cualquier país en el 2009, con un impresionante incremento de 5.6 millones de hectáreas (pasó de cultivar 15.8 en 2008 a 21.4 en 2009). Por su parte, Costa Rica informó acerca de cultivos biotecnológicos por primera vez en el 2009 exclusivamente para el mercado de exportación de semillas.
África
Otro país que reportó uno de los más grandes aumentos en la adopción de cultivos biotecnológicos fue Burkina Faso, el cual pasó de sembrar 8.500 hectáreas de algodón genéticamente modificado a 115.000 hectáreas, o de un 2% a un 29% del área de algodón total del país, el crecimiento de mayor porcentaje registrado: 1.350%.
El continente africano también tuvo un aumento significativo en la adopción de cultivos GM con Sudáfrica que incrementó su superficie biotecnológica en un 17% (pasó de 1.8 a 2.1 millones de ha) y con Egipto que la incrementó en un 15% (pasó de 700 a mil ha).
Europa
Este continente registró un descenso en el número de hectáreas biotecnológicas sembradas, pues de las 107.719 sembradas en el 2008, pasó a 94.750 ha en 2009. La disminución en su área cultivo se debió a que Alemania suspendió la siembra de estos cultivos.
Durante 2009, además, se produjo un notable aumento en la apreciación por el rol esencial de la agricultura por parte de la sociedad en todo el mundo. De hecho, los países del G8 aprobaron recientemente US$ 20.000 millones durante tres años “para ayudar a los agricultores de los países más pobres a mejorar la producción de alimentos y ayudar a alimentar a los más pobres”.
En 2009, China marcó la pauta en biotecnología agrícola
De acuerdo al reporte del ISAAA, el 2009 fue un año de grandes avances para la segunda ola de crecimiento y desarrollo de los cultivos genéticamente modificados. Uno de los avances más significativos del año pasado incluyó la decisión de China en noviembre, que supuso todo un hito, de emitir certificados de bioseguridad para el arroz biotecnológico resistente a los insectos y el maíz con fitasa.
Para Clive James, presidente y fundador del ISAAA, “hubo un cambio mundial en los esfuerzos, en donde ya no sólo se busca la seguridad alimentaria, sino que también se propende por la autosuficiencia alimentaria”. Y agregó “con una población actual de 1,300 millones, los cultivos biotecnológicos son un componente fundamental para que China y otros países consigan la autosuficiencia”.
Debido a que el arroz es el cultivo alimentario más importante del mundo y el maíz es el pienso más utilizado en el planeta, estas autorizaciones de bioseguridad pueden tener enormes implicaciones para la futura adopción de cultivos biotecnológicos en Asia y en todo el mundo. El arroz biotecnológico tiene el potencial de aumentar el rendimiento de las cosechas en un 8%, disminuir el uso de pesticidas en un 80% (17 kg/ha) y generar US$ 4.000 millones de beneficios anualmente.
Además, este país es también el segundo productor de maíz más grande del mundo. El maíz mejorado con mayor contenido de fitasa permitirá a los cerdos, pollos y demás aves de corral de China digerir con mayor facilidad el fosfato, mejorando el crecimiento del animal y reduciendo la cantidad de nutrientes excretados. Actualmente, el fosfato se tiene que comprar y añadirse al pienso, y esto contribuye a la contaminación del medio ambiente.
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