Continúo con mi relato testimonial, parte de una historia que no podemos borrar, porque ocurrió y está en las páginas de la lucha de un pueblo cansado de una opresión que laceraba, no sólo la autoestima y la dignidad de peruanos comprometidos con el bienestar de quienes menos tienen, sino también nuestra economía, y nuestra condición de seres humanos libres.
AQUÍ EL RELATO de los acontecimientos del 26 de julio del 2000.
Comienza una concentración ciudadana en el Paseo de la República, la idea era marchar al Congreso de la República y protestar . Naturalmente las fuerzas militares y policiales abusivas no los dejaron pasar siquiera el parque universitario. Lima estaba cercada. Los congresistas juramentaban en el Hemiciclo, la Mesa Directiva conformada plenamente por congresistas del fujimorismo nos hacia presagiar una dictadura sin límites...como que así fue en lo que siguió de los días. Hubieron juramentaciones de todo tipo...desde juramentaciones fuera de tono hasta congresistas fujimoristas a los cuales les arrojaban monedas desde las galerías. Con la emoción que significaba haber conducido parte de la organización de la Marcha de los Cuatro Suyos y con mucha unción juramenté "...por los cientos de miles que se están desplazando desde los Cuatro Suyos del Perú hacia Lima, contra una dictadura que pretende cambiar las páginas de nuestra historia...por Alejandro Toledo...SI JURO...!!!" levantando un fuerte murmullo en el Hemiciclo. Todo era un laberinto. En las afueras, después del mediodía se iniciaba la Marcha de las Mujeres por la Democracia que habíamos organizado multipartidariamente. Eran las 5 de la tarde y volvimos a concentrarnos en la Plaza Bolognesi.
La llegada de decenas de miles de de personas de provincias habían rebazado nuestra programación pues habiendo calculado el hospedaje, la comida y demás para los que habían anunciado que venían y estaban programados éstos no alcanzaron porque vinieron más de lo previsto y nos vimos en tremendas complicaciones que fueron superadas por la población. Los restaurantes, todos , daban de comer a los ciudadanos(as) las casas de los militantes, los garajes , las playas de estacionamiento y los tambos estaban abarrotados...nos preparábamos para el gran día, resueltos a no dejar que Fujimori juramente. Ensayábamos el uso de las máscaras contra los gases porque sabíamos que iba a ser una lucha sin cuartel.
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CONTINUARÀ...
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