La opinión pública y la de expertos a nivel mundial han "decretado" la devolución de los bienes de Machu Picchu; a la Universidad de Yale no le queda mas que entregar sin condiciones nuestra raiz, nuestro Karma, nuestro estado natural.
En la vida siempre hay una raiz de origen y cuando esas raices salen de su centro de gravedad, de su radio de giro de accion y de trascendencia, algo queda flotando en el ambiente, algo que incomoda, que no te deja tranquilo, que te conmieve y eso es lo que ocurre con los bienes que ilegalmente tiene la Universidad de Yale.
Han pasado varias generaciones desde que en 1912 el Perú autoriza a Hiram Binghan a llevar las piezas arqueológicas a la Universidad de Yale para un estudio científico y luego serían devueltas cuando el Perú lo solicitara. Tal ha ocurrido pero no hay respuesta.
El Presidente Toledo y la Dra. Karp iniciaron una odisea para que antes que se cumplan los 100 años de posesión (2012) las piezas fueran devueltas al Perú. Las normas legales internacionales declaran la imprescriptibilidad de la devolución y Yale se quedaría para siempre con nuestro patrimonio, patrimonio cuya cuna, cuya raíz es MACHU PICCHU, cuya bandera es universal pero sus bienes son de su tierra, de nuestra tierra.
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