jueves, 9 de julio de 2009

En el 2015 la mitad de los alimentos podrían ser biotecnológicos

Expertos de 18 países prevén que los productos biotecnológicos tomarán más fuerza en los próximos años especialmente en el ámbito de la agricultura para suplir las necesidades alimentarias y la escasez de recursos.

El año pasado (2008) la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –OCDE- convocó a expertos de 18 países para la realización de un informe sobre la Bioeconomía hacia el 2030. Recientemente, este informe fue publicado.

El informe titulado The Bioeconomy to 2030. Designing a policy agenda (La Bioeconomía hacia el 2030. Diseñando una agenda política), identifica tres ámbitos biotecnológicos claves que se deben potenciar, entre los que se encuentra la agricultura.

De acuerdo con los expertos, “en 2015, aproximadamente la mitad de la producción mundial de alimentos agrícolas podrían proceder de variedades vegetales desarrollados mediante algún tipo de biotecnología”.
Además, consideran que la publicación de este informe los ayudará a que debates como el de la prohibición de los transgénicos pronto quedarán superados, dando paso a nuevas cuestiones como las regulaciones legales, los derechos de propiedad intelectual y el establecimiento de prioridades políticas a escala global.

En el informe se identifican dos características propias del sector biotecnológico, que permiten tener un alto grado de seguridad en las predicciones relativas a su comportamiento futuro. Por un lado, el riguroso control administrativo de las principales aplicaciones biotecnológicas en la agricultura permite tener percepciones fiables sobre el comportamiento del mercado en los próximos cinco o siete años”.

De otro lado, el hecho de que la biotecnología ya se esté aplicando a productos cotidianos como los plásticos, los combustibles o variedades de semillas, implica –según los investigadores- que la plataforma para investigar en nuevos productos es realmente sólida y fiable.
Se estima que la biotecnología contribuirá en un 50% a las cosechas agrícolas, ayudando así al incremento del rendimiento productivo mundial. Este cálculo, junto con otras estimaciones sobre la labor que puede hacer la biotecnología en áreas como la salud y la industria, supondrán una contribución en el 2030 del 2.7% del PIB de la OCDE, de acuerdo al informe.

Sin embargo, este porcentaje podría ser mayor aún en los países en vías de desarrollo que no pertenecen a la OCDE debido a que sus economías dependen en gran parte del sector agrícola.

Pero para que esta cifras puedan verse reflejadas en la realidad, los expertos consideran importante que, además de redistribuir las inversiones en Investigación y Desarrollo (I+D), haya un nuevo compromiso de los gobiernos con la biotecnología a través de dos herramientas fundamentales: la articulación de legislaciones que apoyen el desarrollo de este tipo de proyectos y el diseño de planes que permitan la consolidación y formación de investigadores en este ámbito.


Tomado de: malagahoy.es

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