Iniciativa Legislativa para la Promoción de la Biotecnología Moderna en el Perú

Cito un ilustrativo Informe de la FAO relativo al tema:

“Para el 2050, habrá la necesidad de alimentar a una población mundial de aproximadamente 9,000 millones de personas, ello requerirá incrementar la producción alimentaria en un 60 por ciento, en circunstancias que el ampliar las tierras de cultivos se hace cada vez menos viable debido a la urbanización, la expansión de la industria y a la infraestructura de transporte que invaden zonas rurales, que a la vez que la deforestación y la producción de cultivos en ecosistemas frágiles están causando la degradación del suelo.

Ante esta situación se requerirá intensificar los cultivos, aumentar el rendimiento y mejorar la productividad. Habida cuenta de ello, deberemos utilizar los instrumentos científicos de la biología molecular, y en particular la identificación de marcadores moleculares, la cartografía genética y la transferencia de genes para un mejoramiento vegetal más eficaz, que vaya más allá de los métodos basados en el fenotipo. En todo caso, las decisiones relativas a las normas y la utilización de estas técnicas deben ser adoptadas a nivel internacional por órganos competentes como el Codex Alimentarius.”

La biotecnología es hoy, la más poderosa de las herramientas de que dispone el ser humano para mejorar la calidad de vida y el bienestar de los pueblos. Para muchos, esta rama de la ciencia es considerada como uno de los motores del crecimiento económico en el presente siglo; y uno de los sectores con mayores perspectivas de crecimiento en todo el mundo para los próximos años. Para otros, ésta sería la revolución genética correspondiente a la Tercera Revolución Industrial, luego de la aparición de la Internet y las telecomunicaciones. Así como el siglo XX ha sido considerado como el de la información, el siglo XXI será recordado como el siglo de la biotecnología.

Cabe recordar, sin embargo, que desde hace milenios la humanidad aplica algunas técnicas que forman parte de la biotecnología; cuyos inicios datan, probablemente, desde cuando nuestros antepasados utilizaron microorganismos para elaborar pan, vino y quesos. El proceso que permitió a los antiguos peruanos, convertir una raíz amarga y venenosa, en el alimento bendito de la humanidad que es la papa, fue resultado de un proceso similar.

Diversos historiadores documentan que, en el año 4000 AC, los agricultores de la época guardaban semillas de plantas que producían los mejores cultivos y las plantaban al siguiente año para obtener aún mejores cosechas. En 1866, el monje austriaco, Gregor Johann Mendel, publicó un estudio que describía cómo unas partículas invisibles permitían la transmisión de rasgos de una generación a otra. No fue sino hasta 100 años después que esas partículas invisibles se identificaron como genes que portaban el código que determinaba algunas características como el color de una planta o el sabor de ésta.

La biotecnología, propugna la utilización de tecnologías que se originan, fundamentalmente, en la biología molecular y celular. Su nacimiento se ubica en 1953, con el descubrimiento de la doble hélice de DNA y, su desarrollo se extiende hasta nuestros días con el proyecto del Genoma Humano.

La FAO reconoce que, en los pocos países en desarrollo donde se han introducido cultivos transgénicos, los pequeños agricultores han obtenido beneficios económicos y, se ha reducido el empleo de productos agroquímicos tóxicos. Durante los últimos 10 años, los cultivos transgénicos han reportado grandes beneficios económicos a los agricultores, en diversas zonas del mundo. En varios casos, los beneficios por hectárea han sido superiores a los derivados de cualquier otra innovación tecnológica introducida en las últimas décadas.

En China, más de cuatro millones de pequeños agricultores cultivan algodón resistente a los insectos. Representa un 30 % de la superficie total del país dedicada a ese cultivo. Su rendimiento superó en un 20 % al de las variedades tradicionales y los costos de los plaguicidas se redujeron en un 70 %.

En América Latina y el Caribe, hay consenso entre los planificadores del desarrollo y los expertos en economía, sobre la necesidad de promover nuevas tecnologías como la ingeniería genética y la genómica molecular, como elementos claves al uso sostenible de los recursos genéticos, y –cuando sea posible— a las biotecnologías avanzadas en el manejo integrado de cultivos dentro de sistemas de producción sostenibles.

El Perú , como afirman nuestros científicos, es depositario de una rica biodiversidad, de nobles especies conocidas y utilizadas por los pobladores de nuestras regiones; que recién están siendo descubiertas para la ciencia y que son analizadas para obtener nuevos compuestos químicos, especialmente en el rubro farmacológico. Experiencias recientes demuestran que diversas especies de plantas y animales, especialmente en los trópicos, contienen un enorme potencial de compuestos químicos; muchos de ellos son fuente de droga que permiten combatir el cáncer, la malaria, diversas enfermedades parasitarias, desórdenes diarreicos, enfermedades infecciosas (incluyendo el VIH-SIDA), enfermedades cardiovasculares, respiratorias, diabetes, hepatitis, desórdenes mentales y muchas otras más.

Este material significa cuantiosos ingresos para la industria en general y, en particular, la industria farmacológica. Se calcula estos ingresos en más de US $ 400,000 millones de dólares anuales. Estas mismas empresas invierten permanentemente, en investigación y desarrollo para alcanzar mayores niveles de competitividad en el mercado, atender los desafíos de nuevas enfermedades y de aquellas aún no superadas; en general, para responder a los requerimientos de un público consumidor cada vez más exigente.

Sin embargo La situación de la biotecnología en el país está afectada por un bajo nivel de desarrollo científico-tecnológico lo cual afecta nuestros niveles de competitividad en el contexto mundial. Así lo reconocen incluso, instituciones especializadas con reconocimiento mundial como el World Economic Forum. Las causas más importantes de esta situación, pueden resumirse en:

§ La inexistencia de un marco legal e institucional, para el adecuado desarrollo de las acciones del Estado peruano en materia de biotecnología, lo cual se evidencia en la ausencia de una política integral en esta materia y la carencia de mecanismos para ejecutarla.

§ La actuación inconexa y desarticulada de las instituciones encargadas de investigación y desarrollo científico biotecnológico, en el ámbito estatal.

§ La desvinculación entre las prioridades del desarrollo económico y los requerimientos del sector productivo nacional, con las acciones que realizan las instituciones en el campo de la biotecnología.

§ La subvaloración y el desconocimiento sobre las potencialidades y el beneficio que ofrece la Biotecnología, para resolver los problemas más urgentes del país. Hay una deficiente comunicación para mejorar la percepción pública.

§ La insuficiencia de recursos disponibles para las actividades de biotecnología, tanto por parte del Estado, como del sector privado.

Es evidente que aún existe un gran desconocimiento en el país, sobre las potencialidades económicas de la biotecnología y de su relación con el desarrollo de otros sectores industriales. Los proyectos de este campo tienen un riesgo significativamente mayor. Por ello, muchos empresarios tienen dificultades para tomar las decisiones de invertir en esta área, lo cual se acentúa porque no cuentan con el apoyo suficiente de asesoramiento en estas materias.

Existe una oferta potencial, relativamente importante, de proyectos. Aunque muchos de ellos carecen de estudios de factibilidad socioeconómica y de identificación consistente de los márgenes de riesgo. Por ello, no atraen la atención de inversionistas privados. En tanto que, los mecanismos de interfase carecen de experiencia para la búsqueda de recursos en el mercado de capitales.

En consecuencia, el desarrollo industrial de la biotecnología en el Perú, requiere la acción conjunta y complementaria de esfuerzos en el área pública y en la privada, a través de las cuales, se pueda dar respuestas a la complejidad de la situación descrita. Se requiere de nuevos instrumentos que faciliten la inversión privada en el sector y perfeccionar o especializar los instrumentos de promoción y fomento que utiliza el Estado en este terreno. En particular, se requiere la implementación mecanismos para otorgar beneficios fiscales atribuibles a las actividades de I+D, de tal manera que las empresas puedan planificar el uso de este ahorro, amortizando el tiempo de los descubrimientos.

Si en realidad queremos – como país – acceder a mejores niveles acordes al desarrollo mundial, es indispensable modernizar nuestra legislación sobre la materia, en el marco de los Acuerdos Internacionales de los que somos signatarios. Necesitamos conocer y compartir las experiencias y la legislación producida en materia en cuanto a la promoción de la biotecnología moderna.

Justamente, a ello apunta el PL.12033/2004-CR, Ley de Promoción de la Biotecnología Moderna en el Perú presentado el 25 de noviembre de 2004, para que se establezca como una prioridad nacional, el desarrollo de la biotecnología moderna, como factor fundamental para la competitividad, el desarrollo económico y el bienestar del país, optimizando sus beneficios en armonía con la salud humana y la preservación del medio ambiente.

Este esfuerzo ha sido posible gracias al compromiso común de la Subcomisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica de la Comisión de Educación, Ciencia, Tecnología, Cultura y Patrimonio Cultural y de la Organización de Estados Iberoamericanos – OEI, para promover el impulso a una biotecnología moderna como herramienta del desarrollo nacional, en la legislatura pasada.

Sin embargo, a pesar de todo el esfuerzo realizado durante más de dos años, la Ley de Promoción de la Biotecnología Moderna en el Perú, está a punto de ser debatida nuevamente por la Comisión Permanente del Congreso de la República en su versión del dictamen recaído en el proyecto de ley Nº 22/2006-PE que propone algunas modificaciones que vuelven a la LEY inservible . A las observaciones del ejecutivo, en julio del 2006, la comisión de Educación se allanó y debiera mantenerse este proceso, sin embargo la han modificado tanto que la Ley ha perdido su esencia y más de dos años de trabajo intenso con expertos en el tema, empresarios y agricultores está a punto de ser desestimado.

Este dictamen pretende quitarle el adjetivo “moderna” a la ley sumergiéndola en una anomia y caos pues la biotecnología en nuestro país ha existido desde épocas inmemorables y la palabra “moderna” precisamente la introduce en los últimos avances de la Ingeniería Genética, Biología Molecular y Biología Celular.

Sabido es que hay una corriente muy arraigada en una minoría de ir en contra de los avances científicos en biotecnología moderna e ingeniería genética, no por gusto éste es el siglo de la Revolución Biotecnológica, esta minoría bajo el pretexto de PRESUNTOS daños a la salud, al medio ambiente y a la biodiversidad pretenden hacer pasar gato por liebre.

Quienes se oponen a la denominación original de la ley, tienen la esperanza de que sus postulados de “no al uso de productos genéticamente modificados” puedan pasar la barrera de aprobación en la comisión permanente. Se han allanado a varias de las observaciones sin embargo uno de los temas importantes es que hayan desaparecido el titulo VII, articulo 19 del proyecto original que establecía la constitución de una comisión de asesores de bioseguridad en la CONEBIO (Comisión Nacional Ejecutiva de Biotecnología) que era el ente de salvaguarda de inminentes politizaciones por ejemplo del CONAM, a quien en la segunda disposición transitoria le dan toda la potestad para decidir sobre el tema. Necesitamos adecuar nuestra normatividad para la inversión.

No es tan cierto que INDECOPI no pueda hacer las gestiones para la modificación de las decisiones 345 y 486 de la comunidad andina, de las que tanto Argentina como Chile han expresado su deseo de modificarlas, sin embargo también han eliminado esta disposición.

Naturalmente las OGM no son la varita mágica que resolverá nuestros problemas sociales y económicos, pero es una de las herramientas más valiosas para lograr disminuir la brecha de desigualdad e inequidad en nuestro país y lo está siendo en mas de 25 países en el mundo que usan esta tecnología.

Estamos alertas y trabajando fuerte para que los congresistas se ilustren adecuadamente y tomen las decisiones que la importancia del tema tiene para el desarrollo sostenible de nuestro país, hoy que el TLC con Estados Unidos ha sido finalmente aprobado. Y estamos atentos a que el reglamento de Bioseguirdad finalmente tenga luz verde en el ejecutivo.

Finalmente, quisiera recordar que el desarrollo de las naciones, en el mundo globalizado de hoy, está signado por la competitividad productiva de sus economías, que dependen de una sólida base científico tecnológica. Por ello, consideramos que esta propuesta de ley permitirá al Perú sentar las bases para enfrentar los desafíos del Siglo XXI y el paradigma de la Sociedad del Conocimiento. . Sólo de este modo podremos alcanzar los objetivos nacionales para superar la pobreza y acceder al desarrollo, más aun cuando el Perú esta en franco crecimiento macro económico y el próximo año será la sede donde decenas de países miembros de la APEC estarán con nosotros para debatir los temas relativos a las inversiones, en todos los sectores.