Doris Sánchez Pinedo.*
No importa cuán excelente sea el proceso de crecimiento económico producto de la inercia en la gestión macroeconómica, sino va ligado a un auténtico buen manejo de los recursos, con respeto a los derechos sociales, políticos y ambientales, a la dignidad ciudadana, a la transparencia en la rendición de cuentas, a la promoción de conocimientos y tecnología. A la seguridad interna y externa.
De nada vale crecer económicamente, si los eslabones de gestión sólo impulsan a gastar y gastar dinero con pocas posibilidades de visualizar retornos calificados, porque hay escasez de ideas, poca creatividad y una débil capacidad de asumir compromisos y cumplir la oferta electoral de una reingeniería en la conducta política.
De nada vale crecer económicamente, si la insatisfacción del pueblo produce conflictos sociales que presiona y acorrala al gobierno sumergiéndolos en una vorágine que los coloca como imagen especular de la tiranía dictatorial del régimen Fujimontesinista.
De nada vale crecer económicamente, si el gobierno no se percata que el desarrollo sostenible será más eficaz si impulsa eficientemente la ciencia, la tecnología y la innovación tecnológica, sólo entonces la competitividad y la productividad alcanzará su punto de Curnot… de nada vale, si no se percata que es necesario optimizar la relación del estado con la academia, la ciencia y la empresa privada.
De nada vale crecer económicamente, si el planeamiento, la programación y la innovación a través del CEPLAN no son el caldo de cultivo de mejores ofertas en la gestión pública.
De nada vale crecer económicamente, si el gobierno continúa cometiendo los errores del pasado. Observamos cómo irresponsablemente asumen conductas que lastiman y hieren el amor propio y la dignidad de peruanos y peruanas, pretendiendo debilitar su autoestima.
De nada vale crecer económicamente, si no se fijan metas concretas y medibles al finalizar su gobierno. Por ejemplo: doblar el sueldo a lo maestros, policías y médicos; homologar a los catedráticos, doblar las exportaciones, duplicar las reservas, disminuir los índices de extrema pobreza en 6 puntos, triplicar el número de turistas, triplicar las inversiones, multiplicar por 10 los recursos para la ciencia y la tecnología.
De nada vale crecer económicamente, si no dejamos de ser una paradoja para la región.
De nada vale crecer económicamente, si los eslabones de gestión sólo impulsan a gastar y gastar dinero con pocas posibilidades de visualizar retornos calificados, porque hay escasez de ideas, poca creatividad y una débil capacidad de asumir compromisos y cumplir la oferta electoral de una reingeniería en la conducta política.
De nada vale crecer económicamente, si la insatisfacción del pueblo produce conflictos sociales que presiona y acorrala al gobierno sumergiéndolos en una vorágine que los coloca como imagen especular de la tiranía dictatorial del régimen Fujimontesinista.
De nada vale crecer económicamente, si el gobierno no se percata que el desarrollo sostenible será más eficaz si impulsa eficientemente la ciencia, la tecnología y la innovación tecnológica, sólo entonces la competitividad y la productividad alcanzará su punto de Curnot… de nada vale, si no se percata que es necesario optimizar la relación del estado con la academia, la ciencia y la empresa privada.
De nada vale crecer económicamente, si el planeamiento, la programación y la innovación a través del CEPLAN no son el caldo de cultivo de mejores ofertas en la gestión pública.
De nada vale crecer económicamente, si el gobierno continúa cometiendo los errores del pasado. Observamos cómo irresponsablemente asumen conductas que lastiman y hieren el amor propio y la dignidad de peruanos y peruanas, pretendiendo debilitar su autoestima.
De nada vale crecer económicamente, si no se fijan metas concretas y medibles al finalizar su gobierno. Por ejemplo: doblar el sueldo a lo maestros, policías y médicos; homologar a los catedráticos, doblar las exportaciones, duplicar las reservas, disminuir los índices de extrema pobreza en 6 puntos, triplicar el número de turistas, triplicar las inversiones, multiplicar por 10 los recursos para la ciencia y la tecnología.
De nada vale crecer económicamente, si no dejamos de ser una paradoja para la región.
* Presidenta del Centro de Gobernabilidad y Desarrollo.
www.centrogobdes.org
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