martes, 28 de septiembre de 2010

UN BUEN EJEMPLO DE SER HUMANO: MUHAMMAD YUNUS

Premio Nòbel de la Paz (2006), estuvo pocas y fructìferas horas en Lima.
Ayer;desde el desayuno en Los Delfines con empresarios (micro, pequeño y mediano ) , polìticos, acadèmicos, periodistas y demàs , hasta el megaevento en Plaza Norte, intercalando con un Honoris Causa en la USIL, otro en San Marcos , una condecoraciòn en Torre Tagle, la cancillerìa, por el Presidente Alan Garcìa; fuimos testigos de la sencillez de un hombre que marcò un hito en el tema de la sensibilidad sobre el otorgamiento de microcrèditos a los màs pobres.

Otorgar crèditos muy pequeños (Yunus empezò con 27 dòlares otorgado a un campesino) marcò la gran diferencia en la "gestiòn financiera" a los màs pobres , que no tienen ni propiedades ni garantìas y que se sumergen en un pozo de desesperanza, que la gestiòn de Yunus morigerò. Hoy muchos paises han adoptado esta filosofìa de vida hacia los que menos tienen, incluyendo a paises desarrollados como EEUU. En nuestra regiòn Colombia y Brasil la han adoptado y aunque en nuestro paìs tenemos algunos ejemplos como el de Mi Banco , sin embargo el tema de mercado mercado le resta esa filosofìa que Yunus le da a sus "negocios sociales".

Bien por el Pdte. ALEJANDRO TOLEDO, presidente del Centro Global para el Desarrollo y la Democracia que tuvo la iniciativa de traerlo al PERÙ.

Quisiera poner una nota aparte, cuando en San Marcos, Yunus quedò sorprendido no sòlo con el discurso de Humberto Campodònico (Decano de Economìa) sinò son la arquitectura colonial de La Casona y con el marco musical que el Coro Sanmarquino puso en el Acto Solemne de otorgamiento del Grado de Honoris Causa a Yunus. Me sentì màs orgullosa que nunca de ser Sanmarquina..."adelante San Marcos glorioso...adelante tu siempre estaràs...porque nadie a podido vencerte y jamàs nadie te vencerà...y jamàs nadie te venceràààà..." reza el coro de su Himno. Somos una estirpe guerrera, sensible y humana que conocemos la pobreza y podemos gobernar con inteligencia y vuelo de estadistas, le pese a quien le pese.

LEÀMOS ESTE ARTÌCULO QUE EL PRESIDENTE TOLEDO ESCRIBIÒ AYER EN "EL COMERCIO":




Fuente: El Comercio
MUHAMMAD YUNUS EN EL PERÚ, UN HOMBRE QUE PENSÓ DIFERENTE
Carta abierta a los emprendedores del Perú

Por: Alejandro Toledo*
Lunes 27 de Setiembre del 2010

Escribo estas líneas a pocas horas de recibir en nuestro país al premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, un hombre que pensó y actuó diferente. Un economista que estudió las causas de la pobreza y decidió encararlas con imaginación. Un banquero que fundó un banco para prestar a la gente pobre sin pedirles avales ni garantías. Un visionario que a través del microcrédito está sacando a millones de familias de la pobreza.

Me preguntaba, a poco de escuchar sus conferencias, si lo que hizo Yunus en Bangladesh –utilizar el microcrédito como señal de confianza y herramienta de trabajo para los pobres– pudiera extenderse al Perú y América Latina, no solo como una iniciativa privada, sino como una política de Estado.

Creo que sí, por lo siguiente: como región vamos bien. El año pasado, con la crisis financiera global, América Latina pasó la prueba ácida de su economía. Hemos sido una de las regiones que mejor respondió a la severidad de la crisis financiera. Ya pagamos la factura. Esa factura ha significado que 6 millones de latinoamericanos que estaban a punto de salir de la pobreza, después de ocho años consecutivos de un crecimiento promedio de 6%, no solo no salgan, sino que hayan caído de nuevo en la pobreza, al menos, 3 millones de ellos.

Nos ha ido bien. Pero nos falta mucho para ser un continente más equitativo, más incluyente, con mayor sostenibilidad económica, social, medioambiental e institucional. Y mi reflexión es: después del Consenso de Washington, que ha tenido resultados dispares en la región, ya estamos en la senda del crecimiento. Pero para darle sostenibilidad a este crecimiento necesitamos hoy un nuevo consenso social para América Latina que sea hecho por los latinoamericanos.

Esta nueva visión implica un nuevo concepto de desarrollo de la riqueza. Cambiar la forma de pensar, como hizo el profesor Yunus. Tener una perspectiva distinta a la del “chorreo económico” y apostar por una propuesta de crecimiento de abajo hacia arriba. Necesitamos una nueva forma de asumir las políticas de desarrollo. Una manera diferente de encarar las políticas públicas. Dejar de lado el concepto de que la magia del libre mercado puede por sí mismo reducir la pobreza, la desigualdad y la exclusión en la sociedad.

Entonces miro a los nuevos peruanos emprendedores y veo los cerros. Como migrantes abandonaron el ande en los 40 y 50, y se vinieron a vivir a los cerros de los alrededores de Lima. Fueron expulsados por la pobreza y la falta de oportunidades.

Medio siglo después y casi sin pedirle nada al Estado –que no sea obras de infraestructura, agua, electricidad y títulos de propiedad– están creando, a fuerza de empuje, trabajo e imaginación, su propia riqueza. Es lo que queremos mostrar al profesor Yunus. Cerros que poco a poco van dejando atrás la pobreza.

Antes de conocer personalmente a Muhammad Yunus, tuve oportunidad de conocer la experiencia del microcrédito en Indonesia e India. El enorme impacto que tiene prestar pequeñas cantidades a mujeres y hombres socialmente excluidos. Lo que me lleva a sostener, de manera clara, que debemos integrar a los pobres al mercado, pero no solo desde el mercado. Una manera de hacerlo es impulsar desde el Estado políticas de mediano y largo plazo: nutrición, salud y educación de calidad. Esto es irrebatible. Lo dicen las experiencias en el mundo. Son objetivos de mediano y largo plazo que debimos empezar ayer.

El otro componente es ayudar a que los pobres extremos no caigan nuevamente en el agujero negro de la pobreza. Y para eso están las políticas sociales dirigidas, como los programas de transferencia condicionada Juntos. Esto es posible con un nuevo Estado. Un Estado socialmente responsable que, creyendo en la fortaleza del mercado, tenga también una visión social explícita y decida apostar por su gente más pobre. El tercer paso, el que verdaderamente hará que los pobres escapen de manera definitiva de la situación en la que se encuentran, es el empoderamiento de esta gente; lograr que ellos mismos construyan su camino. A este tipo de empoderamiento lo llamamos ahora emprendimiento.

El Perú está demostrando que existe un ejército de empresarios emprendedores, silencioso, con un empuje sin límites, que comienza a desbordar. Para estos nuevos peruanos emprendedores, el microcrédito es una puerta abierta hacia el crecimiento, hacia la creación de nueva riqueza. La riqueza de los de abajo, desde abajo. Empoderar sus capacidades es identificar proyectos de inversión, otorgarles microcréditos e integrarlos al mercado. Desde esta perspectiva, empoderar a los pobres es rentable para los empresarios, para el sector privado. Es bueno para la democracia y es sano para los estados, para los gobiernos y la sociedad.

Solo tenemos que incorporar una palabra y una acción para echar andar el mecanismo del microcrédito como palanca para salir de la pobreza: confianza. Confianza en los pobres del Perú, confianza en sus capacidades, confianza en sus potencialidades. No es fácil. Hay que pensar diferente. Ponerse en los zapatos del otro. Yunus lo hizo con los pobres de Bangladesh. Es momento de cambiar y hacerlo también aquí. Debemos creer en los emprendedores del Perú. Y repetir con convicción: Somos emprendedores, seámoslo siempre.

(*) Presidente del Centro Global para el Desarrollo y la Democracia. Universidad de Stanford, California / Presidente del Perú (2001-2006)

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